Editorial:
Planeta
Ha pasado
mucho tiempo desde la última vez que leí a Vázquez Montalbán, más de un año
desde Los pájaros de Bangkok. Esta novela la saqué de la Biblioteca Regional
atraído por el título principalmente. Con las novelas de Carvalho no sigo
continuidad ya que empecé por la séptima (La rosa de Alejandría) y luego cogí
la sexta en la Feria del Libro de Ocasión de Murcia.
Es una
novela corta que más que misterio contiene grandes dosis de pensamiento
pesimista revelando unos personajes guiados por sus dramas y ambiciones, la
lucha por sobrevivir de Carvalho, Charo, Biscuter, Bromuro a los que ya conocía
de las anteriores novelas.
Unos
extraños anónimos amenazan al delantero centro y se sospecha que Jack Mortimer,
el nuevo fichaje del club está en peligro. Se pide a Carvalho que investigue
discretamente por si acaso aunque desde la directiva no le dan mucha
importancia a lo que parece la amenaza de un loco. Los anónimos están
compuestos de una forma peculiar que llama la atención de Camps, relaciones
públicas del club y del inspector Lifante. Carvalho no se siente cómodo con el
trabajo y pide a Bromuro que intente enterarse de algo en los bajos fondos.
Bromuro es un testigo viviente de la posguerra en Barcelona y es consciente del
paso del tiempo. Algo en lo que incide mucho Vázquez Montalbán son los cambios
ya que la novela se ambienta en 1989 cuando se estaban dando los pasos para
adquirir terrenos para la construcción de la Villa Olímpica para Barcelona 92.
La novela como es evidente trata el tema futbolístico y pone como ejemplo al
club de Jack Mortimer, equipo de primera división junto a un equipo de segunda,
el Centellas, un equipo de barrio con pésimas esperanzas para remontar la
temporada. Este equipo ficha a una antigua gloria, Alberto Palacín, un hombre
que tras una lesión ha intentado sobrevivir jugando en el extranjero. La
diferencia es abismal. Un club rico siempre ante las cámaras y un club venido a
menos con el que especular los ricachos.
Cada
personaje tiene su propio mundo de desgracias personales. La dueña de una
pensión que recuerda los viejos tiempos, una joven prostituta que intenta
conseguir dinero para chutarse con su chulo, el dueño del club que amansa
dinero, el relaciones públicas pijo y literato, el joven Mortimer estrella del
momento y Palacín a quien todos les gusta recordarle que está acabado. Con la
llegada de las olimpiadas Barcelona sufrió un cambio enorme y mucha gente se
enriqueció con la especulación inmobiliaria, ya en el 89 Carvalho podía ver
como la ciudad había cambiado y que el futuro se presentaba más negro con el
negocio futbolístico.
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